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Perfumes de diseñador

Le Male, Le Parfum

Todo el mundo que acuda a un blog sobre perfumería de seguro estará al tanto, ya a estas alturas de la película, de la mundialmente reconocida fragancia Le Male, creada por Francis Kurkdjian para Jean Paul Gaultier en 1995. Beauté Prestige International, subsidiaria de Shiseido, distribuyó Le Male, así como todas las demás fragancias de la casa Gaultier, desde su lanzamiento hasta el 30 de junio de 2016, año en el que la empresa española Puig adquirió la licencia de la fragancia (y todas las demás de la casa), hasta ahora.

Desde su puesta de largo, a finales de los noventa, Le Male se convirtió en uno de los más reconocidos y populares perfumes en el mundo, convirtiéndose en toda una referencia, destacando por su embotellado icónico, que ya ha traspasado barreras entrando de lleno en la conocida como cultural popular o pop. Una fragancia oriental fougère de libro, dominada por una maravillosa vainilla y el haba tonka, abrazando acordes florales de lavanda y azahar, rompía con las fragancias masculinas más agrestes y duras de la época, agitando un mercado en constante cambio para adaptarse y posicionarse en línea con el varón metrosexual de los 90. La estrategia resultó del todo exitosa, situándose en el podio de los perfumes más populares, ubicuos y versátiles.

Otra historia que podríamos comentar serían los cambios acaecidos en la línea de fragancias desde la transición de BPI a Puig. Son muchos los que se quejan de que, desde dicho acuerdo entre los licenciatarios, todo ha cambiado para peor, aunque ésa es otra historia que debe ser tratada en otra ocasión.

En fin, es del todo corriente que, cuando una fragancia obtiene buen rédito, popularidad y rendimiento económico, surgen algunos productos derivados conocidos como «flankers». Con Le Male ocurriría también, y desde hace años hemos podido ver docenas de iteraciones, realizadas con mayor o menor fortuna, asimiladas al concepto original de Le Male, compartiendo incluso su icónico embotellado, con pequeñas variaciones. Y así tenemos fragancias como Ultra Male (quizás el único flanker de cierta calidad que merezca la pena), Le Beau, entre otro buen puñado de perfumes en diversas concentraciones, de calidades mediocres y sobre los que no abundaremos.

Y el último en aparecer, este mismo año, es el que hoy nos ocupa, Le Male, Le Parfum, creado por Quentin Bisch y Nathalie Gracia-Cetto. La diferencia fundamental, aparentemente, es la concentración, como su nombre indica, tratándose de un eau de parfum. Personalmente, una vez aplicado, puedo sentir el ADN característico de la casa, recordando especialmente al Le Male original. Pero muy pronto, este Le Parfum transita por una nueva carretera, donde un cardamamo muy dulce se enseñorea de toda la composición dominando sus acordes florales (fundamentalmente una lavanda empolvada) y la vainilla (sintética, cumarina a porrillo), marchamo de toda la línea Le Male. Junto a la vainilla detecto alguna fracción o molécula química artificial que no logro discernir o aislar para identificarla, aunque debe llevar más de una, para conseguir ese deje amaderado y ambarado que detectamos en su secado, todo compuesto sintéticamente. Y poco más que añadir. Se ve que el aumento de la concentración ha venido a otorgar a esta creación un punto de seriedad y aplomo que alejan a este Le Parfum un tanto de sus hermanas, algo más juveniles, pero la vibra característica de sus predecesoras está ahí y es muy perceptible.

Si les soy sincero, Le Parfum es un perfume bien compuesto, preceptivo casi, pero nada original. Es una suerte de refrito que viene a complementar la línea de Le Male, tal vez coronarla y finiquitarla para un futuro restyling integral, algo que la marca y éste, su buque insignia (me refiero al Le Male original), están pidiendo a gritos. Pero tampoco está mal. Proyecta de manera moderada y dura bastante en piel, de seis a ocho horas, tiempo más que suficiente. Además, si lo aplican en textil, cosa que recomiendo, obtendrá unas horas más de persistencia y algo más de sillage. Pero bueno, si lo vemos en perspectiva, y lo encuentran a buen precio, cosa nada difícil porque ya lo he visto en tiendas de descuento muy rebajado, podría llegar incluso a recomendárselo, pero no lo compren nunca a su PVP original. Hará su función, pueden usarla noche y día, con o sin calor (aunque mejor con un poco de fresquito), es inofensivo y no molestará a nadie, les ganará algún cumplido, si son del tipo de personas que esto les importa, y no romperán la banca para hacerse con una botella y reemplazarla si le dan mucho uso. No puedo decir más… Yo, me compraré una botella, si la encuentro barata. De no ser así, tampoco me molestaré. De todos modos, Le Male nunca ha sido de mis favoritos.

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