Esto de la perfumería postmoderna da para mucho, es interesante vamos, pero a todos los niveles: como estudio sociológico, mercantil —ya saben, sin olvidarnos de la dichosa y omnipresente mercadotecnia— y como ejemplo palmario de la sociedad hiperconectada y la globalización. Todo ello aderezado con las virtudes y defectos que todo proceso suscita, y mucho más cuando va aparejado a un artefacto eminentemente cultural, como es el perfume, amén de un útil de consumo global y masificado, donde la competencia es, sencillamente, brutal.
Bueno, yo venía aquí a dar un ejemplo de todo esto que yo comento, que no deja de ser una mera anécdota que, espero, interese a alguno de mis lectores. El caso es que, en un grupo de aficionados a la perfumería, surgió la cuestión sobre el origen del diseño de los llamativos —y costosos— tapones de las rechonchas —y costosas— botellas de los perfumes Xerjoff. Yo me apresuré a contestar que, a mí modo de ver, la forma de los dichosos tapones era muy parecida a la propia de la histórica corona del Bajo Egipto, conocida como deshret. El color encarnado de la misma simbolizaba el desierto o Tierra Roja a ambos lados del Kemet (Tierra Negra), la fértil cuenca del río Nilo. Cuando se combina con la hedjet (corona blanca) del Alto Egipto, forma la pschent (doble corona), en antiguo egipcio llamada sekhemti.

Hubo cierta controversia, porque una compañera en dicho grupo apuntó otra posibilidad, muy plausible he de admitir. Esta persona defendía, con mucha razón, que el diseño estaba más próximo al tocado que vestían los dogos venecianos, del cual hay muchas representaciones pictóricas, algunas de las cuales les comparto a continuación:


Es evidente el parecido de este típico tocado de los doges o dogos venecianos. Esta prenda era llevada sobre una gorra blanca, similar al camauro papal, y estaba compuesto por una corona circular y una gorra puntiaguda en la espalda. Si se fijan bien, este tocado ducal se asemejaba a la gorra frigia usada por los soldados bizantinos y el dux veneciano en tiempos antiguos. Huelga decir, que al tratarse Xerjoff de un emprendimiento italiano, es mucho más razonable pensar que esta era la inspiración para el tapón de los perfumes. Es más, yo estaba convencido de que esta opción era más lógica que la que yo defendía en un principio (la corona egipcia dichosa). Así que, ante la duda, me decidí a escribir a Xerjoff y preguntarles cuál diantres era la inspiración para los tapones, si efectivamente había alguna. Y no tardé en recibir pronta respuesta:

Pues como ven, efectivamente, la inspiración de los tapones proviene del Antiguo Egipto, y concretamente de algunas de las piezas expuestas en el Museo Egipcio de Turín que pasa por ser uno de los más antiguos del mundo y en el que hay piezas de valor notable, como esta estatua del rey Seti II (ver abajo), que muestra un ornado ejemplo de la corona doble que hablábamos antes. Y he aquí desvelado otra muestra de la apropiación cultural en aras del vulgar mercadeo, tan característico de esta postmodernidad que vivimos peligrosamente. Desdeñando, además, su propia cultura, más cercana y propicia, refiriéndome al tocado de los dogos venecianos, cuya tradición y legado es mucho más cercana y certera. Pero bueno, otra oportunidad perdida. Ojo, no tengo nada en contra de inspirarse en modelos históricos para crear una novedad o recrear un objeto histórico, pero siempre que haya una historia y propósito coherente detrás.

NOTA: La foto de las botellas de Xerjoff proviene de la página oficial de esta empresa italiana de perfumes.