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Dirty Flower Factory

Llevaba tiempo detrás de conseguir muestras de Kerosene, porque he seguido el trabajo de John Pegg y admiro su creatividad e independencia. Es difícil probar sus creaciones, y he encontrado una única tienda en España que tenga a la venta sus perfumes (The Perfumery en Barcelona), y sólo algunos, que no todos, en su ya bastante extensa línea. La distribución y el acceso a sus kits de muestras es algo que la marca del señor Pegg debe mejorar sin demora.

Pero este Dirty Flower Factory es el que más me llamaba la atención, en mi búsqueda de buenas fragancias florales con un toque moderno, más versátiles, «sucias», gamberras (si me permiten la expresión), vanguardistas a su modo. Y esta maravilla posee algunas de estas facultades. Siento especialmente potente el azahar, dominando todo como la casa de los Marsten sobre Salem’s Lot (the towns kept its secrets, and the Marsten House brooded over it like a ruined king), solapado a una rosa cremosa con unas vetas de jazmín ácido. Un sutil toque especiado, ligeramente bálsamico en la salida, que se ve rápidamente atropellado por un bouquet postapocalíptico de flores blancas aciduladas y agresivas, almizcladas, pero no tan sucias, ni mucho menos, como cabría esperar atendiendo al nombre del perfume. El secado es espectacular, quedando suspendida alrededor una nube deliciosa floral alienígena, avant-garde, singular pero clásica a la par, una representación moderna y actual de un color inmarcesible en la perfumería floral blanca, nívea nuclear (algo así como si cogiéramos el Joy de Patou y le diéramos una pátina ultraviolenta posmoderna dentro de una de las cabinas telepods de Seth Brundle de la película de La Mosca, la mítica cinta de Cronenberg). Un clásico instantáneo floral remozado para el siglo XXI. La fragancia para una astronauta en la próxima estación lunar permanente.

Por cierto, ¿hablamos de proyección? Esto es una bestia con potencia medida en kilotones y una duración de fondo radiactiva propia de una entrega de Fallout. Propiedad de Vaul-Tec. Por si hicieran falta más referencias. Voy a tomarme una botella de Nuka-Cola Quantum.

Soy un hombre y puedo ponerme esto, como si fuera un traje NBQ. Una mujer resultaría arrebatadora con esta pulsante supernova floral, aumentando su gravedad exponencialmente. Fragancia perfecta para todo el año, día y noche. Cuidado con pasarse con el gatillo, esto es como una Ma Deuce disparando. Poquito siempre es más. Te pasas con esto y te da por invadir Polonia.

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