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Reflection Man, de Amouage

Reflection Man fue mi segunda fragancia de la prestigiosa casa Amouage, seguida de Jubilation XXV (la mejor y más conseguida) y Lyric Man (mi debilidad, por su rosa picante). La primera de todas que probé, y me enamoró, y de la que ya he tratado, fue Interlude Man (la mal llamada bestia azul).

Reflection Man fue lanzada en 2007 por la casa omaní, fruto del esfuerzo de la nariz responsable de su construcción, la propia del señor Lucas Sieuzac (este señor no ha hecho nada que descolle verdaderamente, según mi criterio). De entre todo el catálogo de esta casa me atrevería a decir que Reflection es la más mundana y poco imaginativa. Un perfume rutinario de flores blancas, destacando un jazmín poco prominente entreverado con un matiz de freesia (nota no declarada) y sándalo cremoso por abajo. Pelín picante en su salida, pero nada destacable. Su desempeño es normal, su duración contenida y poco más que añadir. Una fragancia correcta.

Si os gustan creaciones como Le Male de Gaultier versión BPI o Beauté Prestige International (que le guarda un aire, y sólo un aire, salvando las distancias y sólo en el secado) y parecidas, dulzonas y preceptivas, agradables e inofensivas, os gustará Reflection Man. Claro que, para eso, deberán abordar el salto tremendo en lo que a precio se refiere y que separa un perfume comercial de una creación nicho de lujo. Para mí no merece la pena, teniendo en cuenta que serán afortunados si encuentran una botella de esta fragancia que baje de los 200 euros, mientras su PVP oficial ronda los 285. En fin, un disparate innecesario.

Si cometen la temeridad de surfear la red de redes se encontrarán con enormes y desenfadados panegíricos glosando las «maravillas» de Reflection Man, loas que se retroalimentan, como podrán comprobar, y que resultan inanes en su contenido acrítico y buenista. Y puede que se vean tentados a adquirir una botella a ciegas. No comentan un error así. Piensen por sí mismos, busquen más información, acudan a otras fuentes, trasgredan los límites y lean entre líneas, pongan en cuarentena todo lo que escuchen y lean, también esta opinión mía que les he expuesto y, sobre todo, prueben una muestra de la fragancia que quieran adquirir, y con mucho más sentido cuando se trate de una creación tan onerosa para sus bolsillos como puede resultar Reflection Man. Y tras toda esto, es muy posible que les guste, no me extrañaría, y en ese caso, que ninguna otra opinión les ponga más trabas. Háganla suya y sean felices que, para los cuatro días que estamos aquí, es lo único verdaderamente importante.

La botella de la foto es la mía propia. Y cometí el error de adquirirla a ciegas.

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