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Nicho

Tanis Tabac, de Nilafar du Nil

Me atrajo el nombre de esta creación de Nilafar du Nil, una casa de perfumes nicho radicada en Egipto. Hay una evidente contradicción en el nombre, porque Tanis fue un renombrado centro urbano en el antiguo Egipto, capital del nomo del Bajo Egipto de la XXI a la XXIII Dinastía. De hecho no hay referencia arqueológica plausible de Tanis antes de la XIX Dinastía de Egipto, aunque ya en la XX Dinastía aparecen documentos citando a la ciudad, concretamente en el Onomasticon de Amenope y la Historia de Wenamun, refiriéndose a Tanis como el lugar de origen del futuro faraón Smendes. Hay varias alusiones o menciones a la ciudad, en la ficción y en la no ficción, desde el pasaje bíblico del hallazgo de Moisés en el cañaveral del río Nilo (Éxodo 2:3–5), que se emplaza históricamente en Tanis; hasta la famosa escena de la película Indiana Jones en busca del Arca perdida, cuando el aventurero y arqueólogo se introduce en el Pozo de Almas para buscar la ubicación del Arca de la Alianza sirviéndose del cabezal de cristal y la vara. El Pozo de Almas está radicado en una excavación arqueológica nazi en las ruinas de la ciudad de Tanis. Ya por último, pero no por ello menos interesante, tenemos el libro de Andrew Lang escrito al alimón con Rider Haggard, El deseo del mundo, que también emplaza parte de su trama en Tanis, cuando Ulises (Odiseo) acude allí en presencia del faraón Meneptah y su hermosa reina Meriamun.


Bueno, volviendo a lo que decía, hay una evidente incoherencia histórica, ya que el tabaco como tal no llegó a Europa hasta años después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492. Así que no es posible que hubiera tabaco en Tanis en época de los faraones, y la ciudad desapareció de los anales como tal en tiempos de Juan de Nikiû, en el siglo VII después de Cristo, según recoge su famosa Crónica. Aunque hay una toxicóloga alemana, una tal Svetlana Balavanoba que afirma haber encontrado rastros de cocaína, tabaco y hachís en momias egipcias. Aunque su trabajo ha sido muy criticado por su falta de rigor en el tratamiento de los datos y la contextualización de su trabajo, muy pobre y deficiente y por ello totalmente decartable.

Jolín, y es que Tanis es un nombre precioso, que podría haber lucido en un título más apropiado dentro de la línea de perfumes de estos creadores, que para más inri son egipcios, como apuntábamos antes. Pero bueno, qué le vamos a hacer.

Y finalmente llegamos al perfume, que es una mastaba de acordes de arenisca, algo adustos, pero bien conjugados por su perfumista, Michelle Moellhausen, trabajando para la empresa familiar, Moellhausen. Mas que una mastaba, es una suerte de pirámide truncada, cuyo tronco superior huele a flores blancas, jazmín y azucena, y su parte central está dominada por un acorde de gamuza y tabaco amielado. Nada destaca especialmente, según yo lo veo, pero no está nada mal.

NOTA: La ilustración que encabeza la entrada es una representación del famoso cuadro de Alma-Tadema que recoge el momento de la recogida de Moisés del río Nilo.

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