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Probando fragancias de D.L. Roelen

El señor David Roelen es el fundador y nariz detrás de esta joven y vanguardista empresa alemana, D.L. Roelen. Actualmente cuenta con una única línea integrada por cinco fragancias: Flower Boy, Broken Bouquet, Ambivalence, Crystal Haze y The Door, cada una de ellas, según nos dice su autor, con una historia detrás. David, nos cuenta, de forma algo cándida, debo añadir, que sus perfumes están inspirados en la propia interacción humana, y en la relación de éstos, los humanos, con la naturaleza. Y a la vez nos invita a contar nuestra propia historia una vez nos hagamos con una de sus creaciones. En fin, este tipo de narrativa es muy habitual en no pocas marcas de nuevo cuño, muy bonitas en su concepto pero se me antojan un tanto huecas. Con el tiempo he aprendido a obviar estas perlas de ficción, algo voluntaristas y excesivamente adornadas con vacuidades, para centrarme en lo que en verdad es relevante: el perfume en sí.

Haciendo uso de la propia página de la empresa, adquirí su discovery set, a un precio creo que justo. Las muestras vienen en los frasquitos de vidrio usuales de 1,5 ml a un precio de 20 euros. Si les soy sincero me acerqué a D.L Roelen interesado especialmente por una de sus fragancias, Flower Boy. Siempre me han interesado los perfumes florales con una vis masculina, y pensaba que ésta opción podría resultar interesante. De ahí que me decidiera a comprar el set de marras, y a la postre resultó que Flower Boy no terminó por encajarme, pero sí me resultaron interesantes otras dos de las cinco, concretamente Crystal Haze y Broken Bouquet.

Vamos a ver mis primeras impresiones de las mismas. Primero Crystal Haze, que no terminó de gustarme pero me resultó interesante. Es la misma una curiosa y heterogénea fragancia, muy en su particular e independiente línea. La salida es sorprendente: huele a Fanta de naranja, tal cual. Recuerda a esas botellas de Fanta caducadas con poso que al abrirlas han perdido parte de su gas y están desbravadas, pero conservan ese olor característico a naranja dulce amansada, aposada. Pues eso mismo. Muy curioso. Luego avanza hasta alcanzar el olor de aquellos jarabes dulces anaranjados para curar la tos productiva, con un deje sintético pronunciado que también tenemos en su salida (la Fanta desbravada del verano pasado). En fin, la probé ilusionado porque me encanta la nota de nardo, pero aquí es como un elefante blanco: ni está ni se le espera. El autor declara en sus notas para la misma nardo y naranja en su salida, un acorde de fibras (sic) que vete tú a saber, algodón, almizcle y vainilla. También nos aporta su propia historia para Crystal Haze, una suerte de impulso primigenio que nos traslada a nuestra juventud, cuando todo era nuevo y por lo tanto emocionante. Como les decía más arriba, típica narrativa vacua pero efectista, debo admitir. Yo seré algo más prosaico, si me apuran, aunque me traslada a mi juventud (a mi pesar), pues Crystal Haze huele a fiesta de cumpleaños típica de aquellos sándwiches de Nocilla de pan de molde con los bordes resecos, y a refrescos de naranja y ganchitos de estos pegajosos. En fin, seguimos. Vanguardista pero fallida.

Broken Bouquet se me antoja más redonda, tal vez porque el autor no peca tanto aquí de trasgresor y se mantiene más cerca de la ortodoxia tradicional, creando una fragancia de rosa fresca, cítrica, moderna y agradable, que podría vestir un hombre sin apuros (yo mismo estoy tentado a comprarla). Vamos a ver, es un perfume de rosa, algo verde, bien compuesto. Resulta acre en su salida, punzante, probablemente por la presencia de un aldehído sintético que no logro aislar. Le noto un ramalazo de citronela y geraniol en la salida que desluce su empuje inicial. Menos mal que dura muy poco, pues es evanescente, efímera y contenida (la salida, digo), pero por momentos me ha recordado a uno de esos insecticidas cargados de citral y citronelol terribles. Pero luego se aquieta un poco y nos queda una rosa preciosa, efervescente, que me hace pensar en Ta’if de Ormonde, salvando las distancias, porque son fragancias muy diferentes en su conjunto de notas, siendo esta de Roelen bastante peor. Finalmente se desliza a un secado dulce y amaderado bien orquestado con los sintéticos habituales. Nada que objetar. Lástima ese regusto de citronela del inicio, tal vez si lo hubieran rebajado habrían conseguido una fragancia redonda (manía con los cítricos, son el glutamato de la perfumería ). Pero doctores tiene la Iglesia. Con todo, es un buen trabajo, interesante y sugerente.

Y por último voy a hablar de Flower Boy. Como creo que ya sabrán, tengo debilidad por las fragancias masculinas florales sucias remarcadas por potentes moléculas sintéticas, en el estilo de Dirty Flower Factory de Kerosene o la maravillosa Fathom V de Beaufort (una azucena alienígena que pudiera crecer en las llanuras de regolito de Framauro). Y esta Flower Boy me ha enamorado, bueno, quizás no tanto, dejémoslo en que me ha gustado. Básicamente es un buen compuesto acorde floral algo metálico asistido por norlimbanol o similar apoyado por un difusivo abedul y notas amaderadas ahumadas (¿polysantol? ) y un sintético, seguramente bálsamo de abedul oliffac de IFF (lo más destacable e invasivo). Todo esto son suposiciones, y de seguro me habré equivocado en todo por completo. Pero bueno, al final da igual qué sintético lleve realmente, lo que predomina es un fondo sucio leñoso y, entre el abigarrado ramaje, detectamos los evanescentes toques florales, algo pegajosos, gomosos como los tentáculos de Cthulhu. Interesante. Probad antes de comprar. No es para todo el mundo. De hecho, ninguna de las fragancias de David lo son.

De Ambivalence y The Door no tengo cosas buenas que decir, ambas no me gustan en absoluto. Se me antojan como orgánicamente deslavazadas, inacabadas, aguzadas, extremadamente agresivas y de olores desagradables. Pero bueno, pueden probarlas y juzgar por sí mismos.

Ah, una cosa interesante es que el señor David Roelen ha puesto su teléfono en las etiquetas de sus botellas, invitando a sus clientes a contactar con él directamente y comentar lo que se les antoje. Curiosa práctica que no había visto hasta ahora. En fin, se me antoja que este creador tiene talento y de seguro, cuando gane en experiencia, nos ofrecerá perfumes cuando menos modernos e interesantes. Convendrá estar atento y seguirlo. Magnífico en su conjunto, fresco, poco convencional, creativamente vivo y dinámico.

Todas las fotos aquí empleadas provienen de la propia web de la empresa, excepto la primera de todas, la propia de las muestras. Como saben, este blog emplea una licencia Creative Commons en todas sus entradas.

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