Esta es otra de esas fragancias que, por razones que se me escapan, acaban por capitalizar más atención de la que debieran. Tal vez sea yo, de seguro será mi culpa, que no consigo ver lo extraordinario en lo cotidiano, al menos no con la desenvuelta y pizpireta habilidad que demuestran ciertos reseñadores de la cosa, especialmente en YouTube, que congrega a algunos de los más atolondrados exégetas, siempre laudatorios, cómo no, sus reseñas etéreas que más parecieran panegíricos lisonjeros. Son capaces de discernir el aura, son verdaderos hermeneutas de la simpleza cuando no el disparate. Ahí están ellos y aquí nosotros. Tal vez más sandios incluso, digo nosotros, pero al menos somo sinceros en nuestra estupidez. Con toda esta diatriba no quiero decir que todos los reseñadores resulten engañosos, todo lo contrario, los hay ponderados y justos, interesantes y de los que se puede aprender mucho.
Sea como fuere, aquí tenemos Ôud Bouquet, de Lancôme, la respuesta a una pregunta que nadie ha formulado. Una rosa dulce con oud que no tiene oud, pero sí ethyl maltol o algo parecido para darle ese toque dulzón, vainilla a porrillo y algo indefinido por abajo (seguramente una base de oud sintética de las que hay muchas, tipo Oud Synth 184007, y aplicada con lenidad, porque es que ni se nota apenas). No les diré que no es bonita, es en verdad resultona, huele muy agradable, la rosa está muy conseguida, es opulenta, acogedora, nada original por cierto, y poco más. Excesivamente dulce para mi gusto, y el oud ni está ni se le espera, y es sintético como Bishop en Aliens. Lamentablemente el oud, o más bien su alusión, se ha convertido en el glutamato sódico de la perfumería posmodernista.
Pero hay dos problemas aquí, que muy rara vez refieren estos reseñadores desenvueltos y chiripitifláuticos, el Capitán Tan y Locomotoro, pasando por Valentina (con guantes) y los hermanos Malasombra, y esto que digo es el precio, el parné, la pasta, los cuartos, el peculio. ¿De verdad vamos a pagar casi 200 euros por 100 ml? Me parece una tomadura de pelo para lo que se nos ofrece aquí. Esto no cuesta ni ochenta euros, y con ese precio podría incluso recomendarlo, pero nunca a 200 del ala. Impresentable. Si hubiere oud de verdad… pero no, pues a mi parecer sólo hay una fantasmagoría sintética del mismo, una base y punto. Y para más inri, el característico color oscuro del perfume no es debido a una supuesta presencia a espuertas de naturales, sino más bien colorantes artificiales, entre los que encontramos los siguientes: CI 14700 / RED 4, CI 15510 / ORANGE 4, CI 17200 / RED 33, CI 42090 / BLUE 1. Éste es uno de los problemas, el otro es que está reformulado. Mi botella corresponde a la versión anterior a 2016, cuyo desempeño era correcto. Después de dicha fecha cambiaron el diseño de la botella (que pueden ver bajo estas líneas) y emascularon la potencia de la composición, una reformulación en toda regla llevada a cabo no por los perfumistas (por lo visto Fabrice Pellegrini para esta segunda versión, y no sabemos quién diántre es el autor de la primera), sino por los contables de L’Oréal, propietarios de Lancôme.
En fin, yo siempre les recomiendo que sean muy cautelosos con las reseñas que puedan ver o leer, y con las nuestras también, por supuesto. Busquen información por su cuenta, aprendan y sean críticos. Esta fragancia, por muchos cumplidos que pueda recibir de todos estos tipos no trocará el agua en vino. Ellos no pagarán los 200 euros por ustedes, el dinero saldrá de su bolsillo, y esta cantidad no merece ser desembolsada para este perfume.
Si quieren algo muy similar a Ôud Bouquet con un precio irrisorio y con una calidad similar, prueben Shaghaf Oud de Swiss Arabian, que sólo les costará unos 38 euros aproximadamente para 75 ml y es prácticamente lo mismo. La de los guantes ni se enterará…
