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Nicho

Nefertiti, de Maher Olfactive

Debo reconocer que es la primera fragancia de este casa que he podido oler y de la que tengo una generosa muestra. Me alegro que haya sido así, pues es de agradecer poder encontrar a nuestro paso creaciones compuestas con la libertad creativa e independencia que muestra el señor Shawn Maher, fundador de Maher Olfactive, un auténtico taller de perfumes artesanales, verdaderamente nicho, radicado en la ciudad de Saint Louis.

Según nos cuenta su autor, en una pieza escrita que podemos encontrar en su página web donde nos detalla el cómo y porqué de cada una de sus fragancias, Nefertiti nace como una aproximación a la canción de Miles Davis de título homónimo. Ya sólo esto me acerca emocionalmente al señor Maher, como buen aficionado al jazz, además de reconocer una buena narrativa, que lejos de tópicos someros o insustanciales, cuando no forzados y embusteros, nos obsequia con una pieza bien meditada que brota de la honestidad creativa y se aleja de artificios y ardides comerciales, al menos a mi modo de ver. No en balde, y es algo que habla a las claras del know-how de este señor, la canción de referencia se convirtió en clave de bóveda del género post-bop en transición desde el bebop, una de las muchas veces que Miles Davis trocaría de manera apreciable el panorama del jazz, junto a músicos de la talla de John Coltrane (de manera muy especial), Bill Evans, Charles Mingus y Herbie Hancock, buena parte de ellos apadrinados por el legendario sello Blue Note Records.

La manera en la que Maher encuentra acomodo a la historia de Nefertiti, como fragancia, es realmente ingeniosa, ya no sólo por la canción y su relación conceptual con el perfume, sino por las referencias a la grabación de la canción de marras, y cuyo relato, muy somero empero, pueden encontrar en el fragmento que he citado y enlazado antes, en inglés, que resulta delicioso y recomiendo que lean porque no quiero estropear el mismo con mi exégesis.

El inicio de Nefertiti nos sorprende con un acorde cítrico que es en realidad, según nos comenta el autor, un intento de recrear de manera fantástica el olor de la hoja de orquídea, empleando varios esenciales cargados de terpenos (mandarina y azahar). También Maher nos comenta la presencia de una nota melífera que yo apenas detecto, y que carece del distintivo pestazo a micción que ora detesto ora adoro. Nada de cannabis, por cierto, que también se apunta en el listado. Luego detectamos muy claramente una nota de nagarmota e incienso que se asimila con facilidad a la siempreviva que encontramos en el fondo de la composición y que emascula a la demás notas, enseñoreándose de la composición hasta el final, potenciando además la vibra cítrica que domina toda la fragancia. Se dice hay un oud camboyano que yo no percibo, además de castóreo, civeta (ambos sintéticos) y abelmosco (ambretta). Tal vez hubiera sido de agradecer incrementar la protervia e intensidad de estos últimos ingredientes, pero la siempreviva y un también muy perceptible vetiver, enjaezan la transición olfativa ocluyendo sus variedad y capitidisminuyendo no pocas notas que precisaban de algo más de espacio en escena. Con todo estamos ante una fragancia realmente atractiva, original y que, para variar, se cimenta en una narrativa sesuda, meditada, sincera, que parte de una pasión bien definida y emocional del autor, cosa obvia, lejos de ser el enésimo intento infatuado de pretender lo que no es. Ya sólo esto, más la exquisita y deleitable referencia cultural, convierten a Nefertiti en toda una experiencia. Aunque, para ser sinceros, el aroma nada tiene que ver con la reina del Imperio Nuevo egipcio, sino más bien con la maravilla instrumental del genio de Alton (muy cerca de Saint Louis), álbum y canción.

Me gusta, pero me conformo con la muestra que tengo. Conseguir esta creación en EU no es tarea baladí, gracias a la estúpida burocracia que asola nuestro mundo y coarta la capacidad de acceder a este tipo de creaciones, nuestra libertad al fin y al cabo, la suya y la mía. Ya que estas fragancias provienen de EEUU, podemos tener problemas en aduanas si compramos desde su página web (120 dólares para 50 ml). Desconozco si alguna tienda en Europa comercia con esta casa. En fin, estos malditos chupatintas acabarán con nosotros… ¡Yo os maldigo!

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