Bakkaris es un portal de reseñas, historia y noticias sobre el apasionante mundo de la perfumería.
Nicho

Cabaret Nocturne

Cécile Zarokian está de moda, qué duda cabe. Sus creaciones afloran doquiera uno mire, pues pareciera que no hubiera ningún otro perfumista capaz de trasmutar el posmodernismo en fragancia: manía de supeditar la fragancia al relato como una suerte de instantánea que pretendiera apresar la efímera y líquida insustancialidad del momento, la insoportable levedad del ser, acusada en su ligereza y vacuidad, en su pulsión por compartir lo baladí, aquello superfluo, esto otro huero o vacuo, siempre infecundo, aburrido y hasta estólido.

Y quién mejor que la Zarokian, con su habilidad procedimental y forense, para diseccionar la narrativa de la casa V/SITEUR, fundada por Janne Rainer Vuorenmaa. Este señor, que imagino es el director creativo de sus propias criaturas, pretende trasladarnos al pasado evocando el olor de un lugar, un momento en el pasado que cimentara un recuerdo, la memoria del individuo, la suya propia. Es esta una idea ya trillada que hemos visto en incontables ocasiones y que resulta ya un tanto iterativa: aproximaciones sucesivas ad nauseam. Falto pues de ingenio u originalidad, pero esto incluso podríamos perdonarlo. Ahora bien, nos acercamos a la fragancia que hoy nos ocupa: Cabaret Nocturne.

Debo admitir que llegué a la misma gracias a un vídeo de una chica alegre y desenvuelta que nos hablaba maravillas de este perfume, tildándolo, y cito literalmente, como: «el perfume de nardo más sexy y peligroso». Ya hablar en estos términos es una soberana tontería pero, estúpido de mí, y dada mi pública debilidad por la nota de nardo, decidí probar esta cosa, confirmando mi propia necedad. Y ahora vamos a discutir sobre este perfume glosando algunos datos de interés; a saber, de primero se nos cuenta que Cabaret Nocturne trata de emular el olor de un garito de moda de Lisboa hogaño, de esos modernos y «trendy» donde los gin tonics más parecen una ensalada que una bebida espirituosa (seguramente el Pensão Amor) para deleite de los hipsters de turno. Además, por lo visto, el local era antes un burdel, manteniendo la supuesta decoración de antaño, decadente, se nos dice (aunque seguramente esto sea también una hábil añagaza de astutos empresarios para engañar a turistas ingenuos como Janne). Está claro, acercando la nariz a Cabaret, que el olor que nos llega es el propio y despersonalizado de lo corriente, pues nada hay en la composición que nos hable de su supuesto pasado. Claro está que ni perfumista ni creativo habrán pisado un burdel del siglo pasado, ni mucho menos el Pensão Amor (sea lo que fuere otrora, que de seguro dista mucho de lo que es ahora) ni saben a qué olía. Pero sí saben a qué huele un lugar mundano y corriente, uno de esos bares modernos que intenta recrear un ambiente imitando y no conservando, sustituyendo e imaginando, lleno de turistas que huelen a 1 Million e Invictus y La vie est belle. Y el resultado es Cabaret Nocturne, una fragancia que apenas llena el traje de la narrativa infatuada que sus creativos le han adjudicado. Zarokian hace lo que puede con su natural solvencia, pero aparece aquí capitidisminuida, o dicho de otro modo: es Zarokian en piloto automático. Una ligereza sin ningún interés, un remedo de mil cosas vistas, derivativa y por momentos agresiva, que apenas aporta nada nuevo y que no sostiene ni su propia entidad ni mucho menos lo que pretende rememorar. Un nardo dulzón inabordable, anodino y vulgar. Bueno, en realidad no es nuestra memoria la que se intenta infructuosamente refrescar, y menos mal, sino la propia de Janne Rainer Vuorenmaa , un turista más; y la de su reseñadora amiga, y que nunca pisó el burdel entonces (no había nacido todavía), ni en el garito hipster ahora. Lo mejor hubiera sido que, junto a la fragancia, le regalaran un pasaje a Lisboa o un DeLorean con condensador de fluzo.

Lo dicho: la insoportable levedad del ser.

Esta reseña está hecha, con cierta desgana, gracias a una muestra adquirida en la web oficial de esta casa, junto con otras dos fragancias que puede que reseñe en el futuro o puede que no: Beach Bizarre y Thousand Lakes. Hala, pues a correr.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.