Bakkaris es un portal de reseñas, historia y noticias sobre el apasionante mundo de la perfumería.
Nicho

Cuir Éternel, de Jardin de France

La casa de perfumes Jardin de France posee una historia que se remonta cien años atrás, según nos cuentan desde su página oficial, aunque queda por ver cuánto de lo de antaño queda en lo presente, ya que de un tiempo a esta parte -y sus responsables sabrán perdonarme-, he aprendido a desconfiar de estas sagas empresariales y familiares, pues buena parte de ellas son patrañas o adornos más o menos estudiados (sin ir más lejos, tienen el ejemplo de la casa Creed, cuya historia es un puro embuste). Bueno, a lo que íbamos, esta casa desde 1996 está en manos de Bertrand Sonnier.

Voy a ir al grano, porque no quiero detenerme en exceso en otros menesteres, siendo lo más franco posible, ya que no me ha gustado mucho, de hecho la fragancia me ha resultado casi intratable en sus primeras fases de desarrollo. Otra muestra de la corriente posmoderna «brutalista» en la perfumería nicho, cargada, más bien abotargada, de acordes pedestres y agresivos, más las habituales, y parece que imprescindibles, moléculas woody-amber, amontonadas en el sótano avainillado de esta composición (su secado es básicamente vainilla). Hay en su salida algo agresivo, una suerte de subterfugio aromático que no consigo descifrar, seguramente una fatamorgana nefanda, almibarada y reticulada del acorde azafranado típico de las reminiscencias de cuero; o será el oud, probablemente sintético, que pulula por ahí sin un buen atalaje.
Podíamos leer en El Quijote que no hay libro tan malo que no tenga algo bueno. Esto vale para la literatura, qué duda cabe, no para la perfumería. Creo que ahí fuera podemos encontrar muchos otros perfumes de cuero mejor construidos, y por ende no merece la pena entretenerse con éste, a mi humilde entender. Como decía, tal vez sólo el secado sea plausible, hasta cierto punto, pues es un fragoroso asalto avainillado que se prolonga su tiempo y se deja sentir de manera plácida y serena, pero para llegar hasta allí hay que atravesar una oscura cañada molecular que a mí personalmente no me agrada en modo alguno. De todas maneras, les animo a que se acerquen al mismo y lo prueben. Mi criterio está trufado de subjetivismo, como no podía ser de otro modo, aunque intento aislarme y procurar ser lo más aséptico posible: neutral, frío, domeñando mis pasiones, cosa harto complicada.

NOTA: La foto de marras es la propia de promoción de la marca. La prueba de este perfume se ha realizado conforme a una muestra de unos 8 ml adquirida por un servidor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.