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Opinión

The Perfumery Code of Ethics ya está online

Hace ya unos meses peroraba yo en mi línea sobre esta interesante iniciativa, arrojando mi opinión al ruedo en esta entrada y exponiendo algunas incertidumbres que este proyecto me suscitaba. No obstante, como declaré otrora, me decidí a formar parte del mismo, porque entiendo que es una herramienta que puede llegar a ser útil siempre que se maneje con honestidad. Sí, honestidad, porque es lo que yo muy particularmente echo en falta en la crítica especializada sobre perfumería, refiriéndome ahora a la parte del león que me toca en todo este embrollo. Aunque, como saben, a este panel pueden sumarse desde otros ámbitos: el propio de las casas de perfumería, incluso comercios, los mismos profesionales tras las fragancias, periodistas, difusores de contenido y, hétenos aquí, elementos tan peligrosos como los escritores independientes, versos sueltos tal cual un servidor.

Pues bien, la página oficial de esta iniciativa ya está online y funcionando, donde se explica el código ético que nos mueve, propiamente, así como otro contenido, en particular el listado de todos los miembros a la fecha comprometidos, en el cual este rincón de ustedes ya comparece, incluyendo a un servidor como su responsable, como pueden ver en esta imagen, aunque mi apellido ha sido galardonado con una letra de más -ya lo arreglarán-.

Imagino que esta lista continuará creciendo, toda vez que, a la fecha, soy el único creador de contenido afiliado desde España. Y también espero que, aquellos que decidan sumarse, sean consecuentes con el código de marras y no aspiren a introducirse en el meollo con propósitos espurios, y estoy seguro que se dará el caso… Por la parte que me toca, vigilaré muy de cerca todo esto, esperando que la razón de ser de base no se desvirtúe, y que se fortalezca y crezca sustentando los valores de transparencia y honestidad que se trasluce de su articulado, aunque el mismo podría ser más conciso y, a pesar de que, determinados enunciados son algo cuestionables epistemológicamente, en particular la concepción de la perfumería como «arte», que no termino de verla del todo claro.

Por lo que me toca, seguiré con mis reseñas en esta bitácora, escribiendo desde las entrañas, a quemarropa. Y continuaré con la edición de mi libro sobre perfumes, cuyo contenido sigue el canon del Código Ético de la Perfumería al milímetro.

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