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Perfumería árabe

Kalemat Black, de Arabian Oud

Este perfume me trae muchos y buenos recuerdos. No soy una persona a la que le importe recibir cumplidos por las fragancias que llevo. Me es totalmente indiferente lo que opinen los demás. Aparte que mis gustos personales gravitan hacia perfumes fuertes de notas oscuras y poderosas, de ese tipo de combinaciones que no suelen ser del gusto general, más bien al contrario.

Dicho esto, les diré que Kalemat Black es una creación de Arabian Oud (empresa de origén saudí, de hecho la fragancia está fabricada en Arabia Saudí) muy llevadera, amable para ser una fragancia oriental de libro. Hay un acorde de oud muy conseguido, sintético, pero magistral, que empuja la composición y la precisa, con pericia y buen gusto. No estoy de acuerdo en que en Kalemat encontremos «madera sucia». De hecho no noto mucha madera aquí, simplemente una maravillosa vainilla ambarada, dulce, preciosa, elegante, enmarcada en el oud sintético muy poco «maderoso» (más bien resinoso y especiado) bien conseguido, a años luz de ser «sucio» o fecal (razón de más para pensar que el oud empleado aquí no es tal, sino un bien compuesto y equilibrado artificio químico más cercano a los gustos occidentales, y por ende mucho más versátil). También tenemos un toque floral sutil de un jazmín meloso, aportado por la molécula sintética del amyl cinnamal (cinamaldehído de hexilo), que además otorga ese color amarillento pálido a la composición. El precio es más que razonable, porque la calidad es suficiente (ahora ha subido, a unos 130 euros, cuando antes estaba en torno a los 80 euros, precio más justo, pues rebasados los cien ya se me antoja exagerado, por no decir otra cosa). Su proyección es notable en las primeras dos horas. Con una estela pegajosa pero harto refinada. En la ropa se emulsiona con la fibra tornándose eterno. Muy notable en estos aspectos. Kalemat es un perfume que me atrevería a recomendarles. Tiene una pega, y es que el atomizador es muy malo, y el abanico de proyección infame. Yo lo decanto en una botella pequeña de viaje con un atomizador mucho mejor.

Fragancia totalmente unisex. Especialmente ideal para una cita romántica, una cena, salir de noche, tomar algo a la tarde en un lugar elegante, siempre controlando no pasarse con el gatillo, pues aparte de tu pareja, al mundo no le interesa el perfume que llevas, y no quieren verlo interferir con su filet mignon.

Lo que decía al principio. Yo no suelo recibir cumplidos porque las fragancias que empleo son sólo para mi disfrute, y mis gustos no suelen coincidir con el mainstream. Pero con Kalemat conseguí un cumplido, de los pocos, y por una persona muy especial para mí, que me dijo: ¡vaya, hueles como un príncipe, sí, como un príncipe otomano!.

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