Date for Men es una de las primeras fragancias creadas por la empresa Fragance One, que emana del conocido y popular reseñador de perfumes en YouTube Jeremy Fragance. Controvertido como pocos, este influencer de la cosa tiende a polarizar a la gente y, por tanto, voy a intentar separar al personaje de sus creaciones, y en sí del proyecto empresarial que apadrina, aunque es muy complicado debo admitir, pues su activismo y verbosidad resultan sofocantes y ubicuos, y la empresa está hecha a su imagen y semejanza, imbuida por su estilo, piruetas, palmadas y neuras. Y con todo admito cierta simpatía por el personaje, pues ha sabido labrarse su posición, con su estilo personal y vivir con holgura de todo este tinglado.
Bueno, pero qué tal es su Date, se preguntarán. Pues no está mal, la verdad, lo único que choca es el abultado precio, nada más y nada menos que unos 200 euros por una botella de 100 ml, 219 euros concretamente cuando escribo estas líneas. Aunque, en estas últimas semanas hemos visto como está promocionado sus fragancias reduciendo su coste y creando bundles a precios más contenidos de varias de sus creaciones (actualmente tiene cuatro en catálogo: Office for Men, Date for Men, Unisex for Everybody, Day for Women y Night for Women). Está claro que poner un precio tan elevado a sus perfumes persigue colocarlos en el mercado como un objeto de lujo, destacando así su supuesta calidad por encima de la competencia, en la clásica y manida maniobra de marketing de producto premium, de la que ya hemos hablado en otras entradas de esta bitácora.
Según he podido escuchar al propio Jeremy, en alguna de sus peroratas energéticas y nerviosas, donde enseña cacho sin mesura, Alberto Morillas, el veterano y afamado perfumista, se negaba a componer fragancias para Jeremy, y éste, gran admirador del trabajo del sevillano, tuvo que aplicarse a conciencia para convencerlo. Cosa que terminó sucediendo, pues Morillas es el autor de este Date, y de Office también.
Morillas es un veterano, astuto, hábil y competente. Su conocimiento del mercado y la cosa es profunda y detallada, así que cuando Jeremy le abordó para crear una fragancia de noche para un hombre moderno y seductor, a requerimiento de éste, que atrajera la atención de las féminas y cumplidos (no es algo que yo diga porque sí, es lo que Jeremy declara en la publicidad del producto, tal cual), Morillas (o más bien su equipo) se puso a la tarea y le entregó, en no mucho tiempo, un producto moderno, muy en boga, dulce y versátil, con buena duración y proyección pero rutinario y carente de originalidad alguna pero que reunía con pericia los requerimientos del contratante. Date es un montón de cardamomo dulce (es lo que yo más noto con diferencia), cítricos difusos a mi parecer, efímeros, y notas de maderas y algo que definen como esencia de oud, que es como decir que no lleva oud (yo al menos no lo huelo) y sólo un acorde para asemejarse, y listo… Si os gustan perfumes como Sauvage o Ultra Male (flanker de Le Male), y creaciones de ese estilo, dulces, pegajosas, resultonas, vibrantes, de batalla y mogollón, no os molestará este Date, porque además mejora a no pocos de los perfumes de diseñador que emula. El problema es el precio excesivo, totalmente fuera de lugar e impropio. Me parece exageradamente caro para lo que ofrece, y un error de marca empresarial. Pienso yo que un PVP más asequible, justo y popular, hubiera cosechado resultados muy positivos. Pero no es el caso. Si lo pueden encontrar muy rebajado, les animo a probarlo. Si no es el caso, ni se les ocurra. Además, si es que, resulta tan poco innovador, tan rutinario, tan conocido ya, sus acordes tan manidos, que tampoco les animaría a comprarlo aún si pudieran localizarlo muy muy muy rebajado. Para el caso, pueden comprar una botella de Sauvage en su versión edp y les hará el mismo papel por una fracción del precio.
En resumen, una creación de buena calidad, huele estupendamente, es inofensivo y no incordiarán con su olor a nadie, porque está diseñado para agradar a un gran número de personas, pero resulta predecible, rutinario, falto de originalidad y redundante. Y su precio desorbitado.
