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Black Aoud de Montale

Ya se ha escrito mucho, y lo que vendrá, sobre uno de los acordes más en boga en la perfumería moderna, que no es otro que aquel que conseguimos reproduciendo el aroma característico del oud o la madera de agar y la rosa, con el concurso también, en muchas ocasiones, del pachulí y el vetiver, para contrarrestar el frescor algo cítrico limonado de la nota de rosa con un amalgama terroso y sucio. Bien es cierto que, mayoritariamente, lo que obtenemos en estas fragancias no viene dado por una nota conseguida mediante un aporte natural de oud, sino más bien un acorde sintético del mismo, pues el coste de este materia prima es muy alto, como todos ustedes sabrán, y su disponibilidad limitada y variable. Los perfumistas emplean una gran cantidad de moléculas sintéticas para reproducir este olor, como Poivrol, o bases ya configuradas como la Black Agar Givco 215 fabricada por Givaudan, las posibilidades son infinitas. Luego, evidentemente, hay fabricantes que emplean genuino producto natural, de oud cosechado en la India, Laos o Camboya, entre otros de los pocos países productores, presentando maravillas como The Night de F. Malle, o Oudh Infini de Dusita, y también, aunque a un nivel inferior, Oud Palao de Diptyque, del que hablaremos pronto en el blog.

Pero volviendo a lo que nos ocupa aquí, este Black Aoud, me temo, no emplea madera de agar natural, sino un buen compuesto acorde que nos proporciona un deje poco invasivo del característico olor de esta madera enferma, bien combinado con una rosa sintética, en su mayor parte, y pachulí, amén de un acorde maderoso que trata de reproducir el olor del oud con un moderadamente bien orquestado popurrí de moléculas sintéticas. La rosa se posa sobre nuestra piel muy verde y cítrica, de manera obvia asistida por un inicio efervescente, con un regusto demasiado sintético a mi parecer, que en ocasiones nos recuerda a la citronela, seguramente por la presencia en la mezcla de una buena cantidad de citral y geraniol. Pasado este trance, el perfume se asienta, al cabo del tiempo, y se suaviza, ofreciendo su mejor cara, más amaderada y calmosa, algo terrosa pero no en demasía.

Bueno, resumiendo, es una buena fragancia, a un precio quizás un tanto elevado para lo que ofrece. Ha sido reformulado recientemente, según parece y a tenor de lo que he podido leer, pero no soy capaz de aseverarlo, ya que no es un perfume que emplee con frecuencia y no he adquirido botellas en estos últimos meses. Sea como fuere, su proyección y rendimiento es adecuado, y no resultará intrusivo, ni debe molestar a nadie. Black Aoud es una fragancia completamente unisex a mi modo de ver, aunque ya saben que detesto arrogar género a una esencia. Y es muy versátil e inofensiva. Agradable y elegante.

No es algo que suela hacer, pero les haré una recomendación que les servirá para ahorrar algo de dinero en estos tiempos que corren tan difíciles. Si desean una buena versión de Black Aoud a un precio excelente, muy parecidas, y con rendimiento calidad precio notable, prueben el perfume de Rasasi Mukhallat Oudh Al Mubakhar, con el tapón plateado, ojo. Aquí tienen una foto de la botella:

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